Tierras tan antiguas
Todas las vistas, sonidos y sabores de la India me hechizaron y finalmente me atrajeron a sus costas. Y no me decepcionó, fue todo lo que pensé que sería, y mucho más. El tamaño del país, la antigüedad de la cultura, la magnificencia de la arquitectura, la diversidad del paisaje, la exuberancia de las fiestas, la piedad de las personas: todo sobre la India debe describirse con superlativos, incluida la experiencia de viajar.
Cada viajero tendrá sus propias razones para visitar la India. Algunos buscan aventura, otros cultura e historia. Los amantes de la comida van a probar la riqueza culinaria, los amantes del lujo disfrutan de algunos de los mejores hoteles del mundo, y los compradores encuentran un paraíso. Me atrajeron todas estas atracciones y más: Fui a explorar las dimensiones espirituales y, tal vez, sobre todo, a experimentarme en la India.
Para los que tienen una orientación espiritual, India es el destino definitivo. Los buscadores han sido atraídos a la India desde tiempos inmemoriales para orar, meditar, aprender y celebrar la vida. En centros como Rishikesh y Benarés, los viajeros y peregrinos se congregan para buscar guía, redención e iluminación. Meditar a orillas del río Ganges en Rishikesh y hacer un crucero en barco a la salida del sol por el mismo río en el misterioso Benarés fueron algunos de los momentos más preciosos.
No hay mejor lugar donde simplemente ESTAR que la India por la pura experiencia de viajar. Solo para pasear por las estrechas callejuelas de los antiguos bazares, respirar aire lleno de especias y maravillarse con las deslumbrantes muestras de mercancía. Para impregnarse de la embriagadora atmósfera de los aartis de la tarde en el poderoso río Ganges y la vista del amanecer sobre el Himalaya. Tomarse el tiempo de absorber el ambiente y notar las luces y los colores. El mundo fluye a tu alrededor en un torbellino de exuberancia, y no hay nada que hacer más que fluir con él y disfrutar del impulso de la vida, los ciclos eternos, los ritmos cósmicos que subyacen a la vida cotidiana en la India.
«La India siempre cambia a la gente, y yo no soy la excepción», escribió la autora y guionista Ruth Prawer-Jhabvala. Y tal vez, al final, eso es lo que más le fascina de la India a la gente: El poder de la India para transformarte.
«No hay ningún lugar como la India, y pocos destinos de viaje que cambien tanto la vida», es la frase que escuchas una y otra vez de esos espíritus aventureros que hacen el viaje, y que se abren a la magia y el misterio del subcontinente y se dejan cambiar.
Al final, este es el secreto para viajar en la India. Si dejas que la India fluya y refluya a tu alrededor, sin juicios ni ideas preconcebidas; si abres los ojos y el corazón; y si te permites sentir y experimentar plenamente el viaje… puede que te encuentres cambiado para siempre. Y, como yo, queriendo volver una y otra vez
